La Sal Maldon.
Uno de los ingredientes que siempre tengo en la despensa es una cajita de Sal Maldon. Para mi es fundamental a la hora de comer carnes a la plancha o asados a la brasa, de hecho, no concibo comer un chuletón, solomillo o chuletas de cordero sin que esté sazonado con estas maravillosas escamitas blancas.
Desde que me independicé de mis padres (hace unos años ya) y empecé a buscarme la vida para subsistir y alimentarme decentemente esta sal forma parte fundamental en mi alacena de condimentos. La conocí como otros muchos ingredientes gracias a mi pareja, que llegó un día a casa con una cajita blanca de sal y me dijo, “échala hoy en la carne hoy ya verás…” Al principio me pareció una pasada por el precio, cerca de cinco euros el paquete de 250 grs, pero a la larga me parece hasta barato ya que cunde mucho y sobre todo… da un toque especial.
Es una sal muy pura, por lo que es mejor que se use en pequeñas cantidades para no estropear el plato y sobre todo, usarla en el momento del emplatado o justo al final de la cocción para que se mantengan las escamas y no se disuelvan ya que éstas son muy delicadas y si sazonamos antes de cocinar o a media cocción, perdería la gracia de las escamas.
Por ejemplo el fin de semana pasado preparé unos solomillos de ternera a la plancha con espárragos trigueros y pimientos asados como guarnición. El ingrediente común en todo fue la sal maldon. En el momento de emplatar el solomillo fue cuando sazoné con maldon, en cambio, para mi gusto en los espárragos el momento idóneo es un minutito antes de sacarlo de la plancha. Una vez que están repartidas las raciones de los ingredientes de lo que he cocinado en el momento, es cuando reparto los pimientos asados, que ya estaban hechos (condimentados unicamente con ajo y aceite de oliva) y les echo su ración de maldon. Al final todo queda cubierto por las escamitas de sal y tanto a la vista como al paladar notas el sabor y texturas de esta sal.
Otro truquito que me encantó cuando lo probé con sal maldon, que además es muy simple, consiste en sazonar un poco un bloque de fuá mi cuit esta sal, añadiendo un poco de pimienta negra molida. El resultado es sencillamente espectacular.