TurÍsmo gastronómico, Restaurante, platos tipicos

Gastronomía insólita Gallega (parte I)

Galicia es una de las comunidades Españolas con mayor reputación gastronómica, Pero el tema del que os hablaré hoy no será de sus mariscos, pescados, carnes y vinos en su esplendor, sino de otro tipo de gastronomía, una más pobre o quizá más rica, pero pobre en el sentido de que los platos que hoy os hablaré en un pasado eran consumidos por gente humilde, convirtiéndose algunos de ellos en esto momentos autenticas delicatessen.
Primero os enumerare ciertas comidas típicas de nuestra gastronomía insolita, de nuestras zonas costeras y posteriormente os prometo que os daré las recetas.

Caldeirada de cabezas de bacalao
Mi abuelo y mis tíos eran «hombres de hierro en barcos de madera» que surcaban los mares en auténticos cascarones hasta llegar a Terranova, el frío era extremo, pero el trabajo continuo sin descanso en 6 meses o un año, sin fines de semana ni dias libres, atenuaban cualquier sensación de dolor o molestia. Eran pescadores de bacalao, abrir, eviscerar, y salar el pescado era su trabajo, Solo se aprovecha el cuerpo, la cabeza y barbillas se desechaban, no eran comercialmente rentables.
Cada marinero salaba unos sacos de cabezas y luego al llegar a tierra los traía para su casa. Esa comida aunque de gente humilde era muy apreciada por algunos ya que su gelatina que recuerda a las cocochas las convierte en un autentico majar. Eso si hay que chupar huesos y te pinchas con los dientes pero el sabor es algo indescriptible y lo compensa todo. Sin ir más lejos es una de las comidas preferidas de mi familia.

casapa

Caldeirada de Casapa otro plato de nuestra gastronomía insólita
La casapa o cazapa es un tiburón pequeñito similar al rañorte, de piel áspera como todos los escualos. Su valor comercial al igual que otras muchas especies era nulo y los marineros las abrían empalaban y secaban al sol en alta mar beneficiándose de la curación de la brisa marina y la ausencia de moscas.
Para prepararla se puede hidratar a remojo, pero lo mas importante es pelarla ya que esta piel  es rasposa, exactamente igual a una lija. Recuerdo de pequeño pelar casapas con mi padre y cuando en un trozo de piel se desprendía uno de carne me la comía. Era un sabor fuerte similar a la mojama.
La próxima vez que las compre comeré un trozo crudo. Por que ahora se compran al igual que las cabezas de bacalao y en nuestra zona, la costa gallega es un articulo de lujo que en ocasiones es difícil de encontrar.

Del 16 al 18 de febrero se celebrará una vez más Salenor.

Salenor es el salón de la alimentación y el equipamiento del norte de España y pretende ser un nexo de unión entre los profesionales de la hostelería, hotelería, confitería y panadería.

En el salón podréis encontrar más de 100 expositores directos y 400 indirectos de multitud de sectores.

El  programa es muy interesante y además de un Showcooking con grandes cocineros como nuestro vecino Pepe Solla y Javier Olleros, se degustarán cinco variedades de ostras procedentes de los mejores arrecifes, carnes interesantes como wagyu, angus y por supuesto los mejores vinos de diferentes D.O. Españolas e internacionales.

Ya sabéis lo que nos gustan estas cosas y algún integrante de vinoycocina.es hará el esfuerzo de asistir y probar alguna de estas delicias.

Si sois profesionales del sector no os lo podéis perder.

salenor

Pinchar en la foto y podéis ver el folleto de la presentación. O visitar www.salenor.es

empanada gallega

Receta de empanada gallega

Parece mentira que a estas alturas aún no hayamos hecho ninguna empanada gallega para el blog. Ahora en verano es un plato muy típico aprovechando la abundancia de pescado azul. La masa que proponemos (que es masa de pan) es válida para cualquier empanada, y en este caso el relleno es de rincha, bueno más bien caballas. La diferencia entre una rincha y una caballa está en el tamaño del individuo (del pez, no del cocinero). La rincha es de tamaño medio, de las que se pescan normalmente en la ría. Las caballas se les llama más bien a las de tamaño grande, de medio kilo para arriba a groso modo. Si son muy pequeñas, entonces se llaman tornos, y lo normal es dudar si los llevamos para casa o no (fritos están buenísimos). En mi casa la empanada de pescado se hace como se hizo siempre, o sea con espinas. Si son xoubas van enteras, y si son caballas o rinchas pues se toran como para guisar. Luego a la hora de comer, abres la empanada y vas comiendo el pescado con el pan, combinando. Esto nos lleva a que hay dos tipos de empanada gallega claramente diferenciados: las de abrir y las de bocadillo. Las de abrir las acabamos de explicar, y las de bocadillo son las que se comen directamente, como la de pulpo, choco, zamburiñas o navajas.

Vamos con la receta:

1. Vete a pescar, lo vas a pasar bien y tendrás pescado fresco para tu empanada. Ahora empieza la temporada de la caballa así que ese será nuestro objetivo esta vez. Puedes omitir este paso yendo a la plaza a por pescado, pero no es lo mismo.

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2. Hacemos la masa: 750 g de harina de trigo, 450 de agua fría o tibia (no helada ni ardiendo), un poco de sal al gusto (15 g estaría bien), y un poco de levadura dependiendo del tiempo que tengamos. Con unos 25-30 g la masa subirá en uan hora a temperatura ambiente de una casa normal. Mezclamos los ingredientes bien en un bol. Pasamos a la mesa y trabajamos como ya os enseñamos varias veces. Dejamos reposar la masa 15 minutos. Amasamos otro poco, ponemos en un bol y tapamos. Reservamos.

 

3. Hacemos el amoado, también llamado sofrito: picamos 4 cebollas muy bien picadas. Las ponemos en la sartén. Cubrimos hasta la mitad o un poco más con aceite de oliva. Picamos medio pimiento verde y añadimos. Un pocod e pimentón, un poco de azafrán y listo. Ahora encendemos al fuego y dejamos pochar bien muy despacio, a fuego medio, durante el tiempo que sube la masa. La cebolla tiene que quedar bien cocida.

sofrito para la empanada gallega

4. Preparamos el pescado: en este caso son rinchas asi que hacemos toros de 1-1.5 cm de grosor y areamos (=echamos asl por encima y por abajo). Reservamos.

5. Preparamos una fuente de horno con papel vegetal, y vamos encendiendo el horno, 200 grados.

6. Cuando la masa hay subido, la dividimos en dos trozos no iguales. Uno un poco más grande, que será la parte de abajo (la queremos más gorda) y otra la de arriba (más fina). Estiramos la base y la ponemos en la bandeja, llegando bien a las esquinas

7. Extendemos el amoado por toda la empanada, cubriendo bien. Si sobra, no pasa nada. Ojo, aquí hay que reservar antes de nada 3 cucharadas grandes de ese aceitito naranja del amoado.

8. Ponemos los toros de pescado de una manera ordenada y cubriendo bien, que no queden muchos huecos. Puede llenarse un poco más de lo que la llené yo. Si sobro amoado, lo ponemos por encima del pescado.trozos de pescado para la empanada

 

9. Estiramos la tapa y tapamos la empanada. Sellamos los bordes como en la imagen

10. Pintamos la empanada con el aceite que habíamos reservado. Abrimos la empanada ene l centro para que respire, y con los erstos ed masa que hayamos ido acumulando hacemos un letra y la ponemos encima de la tapa de la empanada. Para esta empanada va una «C» de caballa. «B» para bacalao, «P» para pulpo y asi sucesivamente. Esto es muy importante, si no ponéis bien la letra, la empanada no saldrá correcta.  Si tenéis niños entonces que hagan ellos el dibujo que quieran.

empanadas gallegas

 

11. Al horno 200 grados, arriba y abajo, unos 45 minutos. Pero la idea es ir viendo como va y cuando la empanada gallega esté doradita, sacamos. El pescado estará perfectamente hecho.

empanada gallega

 

Como véis en mi caso aún podría haber puesto más pescado en los bordes, pero en este caso se trataba de aprovechar dos rinchas que me habían sobrado de otra receta buenísima, el guiso de caballa.

 

 

marisco

Marisco gallego, la joya de nuestras rías

Hoy estamos de suerte ¡Tenemos marisco.!

Nuestro colaborador Xerardo Rodríguez nos envía un nuevo articulo para nuestro blog.
Xerardo nos habla de nuestra Galicia Única y de una de sus principales joyas, EL MARISCO.

 

ENTRE EL MAR ABIERTO Y LA BAHÍA EN CALMA…

Navegando desde San Vicente por mar abierto... (2)

Entre la Punta del Roncudo y el Monte do Boi,  hay un mar que esculpe estatuas de piedra y otro que se mece en la calma de la bahía. Entre Corme y Baiona, hallamos esta vez la esplendorosa hermosura del paisaje y la sal elemental de la vida marinera. Porque en esta costa todo sabe a mar…
En las rías, la luz rompe el agua en busca de sus misterios ocultos. La batea es la gran fábrica del mejillón que emerge del agua entre las estrellas de plata del mediodía. La pequeña gamela navega cercana procurando entre sumergidas rocas la nécora y la centolla, que son las reinas de este mar de atardeceres de oro.
Un torbellino de color rompe también la mañana cuando confluyen a flor de agua manos de mujer y mariscos bivalvos; el marisqueo es el gran espectáculo de la ría mansa, de arenoso fondo e irisada superficie.
Y en el mágico mar de la muerte, allá donde las estatuas de salitre llenan el espacio, el hombre se empapa de sal atlántica en busca del percebe, el genuino sabor a mar.
Marisco y paisaje nos devuelven hoy el gusto y la resplandeciente belleza de los paraísos perfectos, en los que siempre hallamos asilo ecológico.

LA RUTA DEL MARISCO

Pesquero de cerco de noche

La Ría de Arousa. O Grove. Carril. La Costa da Morte. Ahí están los paisajes marinos donde nace y crece el mejor marisco del mundo. El mejillón y la almeja, la nécora y la centolla, y por supuesto el percebe. Te invito a una buena mariscada, al mismo tiempo que recorremos los paisajes marineros más impresionantes.
Comenzaremos volando sobre Arousa, la ría donde el sol dibuja sus dorados sobre las bateas del mejillón y un horizonte de islas; por un lado, la Illa, habitada; y por el otro, la isla del Parque Nacional, Cortegada.
El mejillón es un marisco polivalente, que nos sirve como refinado aperitivo o para la paella de verano. En el mar de Arousa hay unas 3.000 bateas donde se desarrolla con ese especial sabor a ría el mejillón más apreciado de Europa. Podemos probarlo en cualquiera de los buenos restaurantes o en las tabernas típicas marineras de toda la costa arousana. Es tan delicioso su sabor como el paisaje creado por las bateas, por entre las que navegamos en busca de de Carril, que está frente a la isla de Cortegada.

bateas de mejillon
Este populoso y turístico barrio de Vilagarcía de Arousa concentra el mayor número de restaurantes y tascas típicas de toda Galicia. Gozan de merecida fama Casa Loliña y el Furruxa, con dos estilos muy diferentes de preparar los bivalvos. Desde Carril, hemos de pasear hasta la vilagarciana Playa de Compostela para saber cómo se cultivan las almejas y los berberechos que acabamos de degustar en esos restaurantes de la zona.
Se esconden bajo la arenosa superficie del litoral más próximo. Yo le digo leiras do mar porque en ellas se siembran y se cultivan tanto el berberecho como la almeja. El marisqueo es aquí de una bellísima plasticidad, porque comienza con olor a bajamar y termina con la luz suave del mediodía o del atardecer.

marisco
Desde Carril navegaremos hasta O Grove y la Punta de San Vicente. O Grove es uno de los enclaves turísticos más importantes de las Rías Baixas y la postal de su puerto nos conmueve, especialmente al amanecer, cuando sobre la bahía cabalgan pequeños barcos marisqueros que vienen de regreso. Es este, de la mañana, un mar de acuarela en el que el sol dibuja estrellas de plata.
El paisaje es espléndido y estos barcos traen a bordo las exquisiteces de la Ría, los sabores que dan gloria y fama a la gastronomía de Galicia. La nécora y la centolla, reinas de estas aguas entre la isla de Salvora y San Vicente, otros dos grandes puntos de atracción turística de las Rías Baixas. Nécora y centolla son plato indispensable para comenzar un buen almuerzo marinero en cualquiera de los excelentes restaurantes grovenses, aunque yo te recomiendo especialmente O Brasil, donde el marisco proviene de su propia cetárea, bajo el propio local.

MARISCO Y PLAYA DE O GROVE
Dicen que en esta ría nacieron los más viejos marineros de la estirpe marinera gallega, acostumbrada a tener como techo la bóveda celeste, que a veces manda lluvia y otras incendia aguas de verano. Son los que llegan navegando más allá de Fisterra; los que, siguiendo los perfiles de la Costa da Morte, llegan hasta el mismísimo Roncudo, donde los percebeiros son el mito viviente de esta aguas atlánticas, que baten fuerte la roca para que de ella surja el sabroso percebe, el rey del marisco.

PERCEBES Y PERCEBEIROS

Entre el Roncudo y Fisterra hay mil balcones para contemplar el Atlántico más bravo, el que bate fuerte contra las multiformes rocas donde habita precisamente el percebe. Porque la historia de este mar la escribieron los percebeiros, cuyas huellas permanecen siempre en estas rocas de sal.
Aquí el Atlántico es el guerrero de la negra sombra que provoca a veces las lágrimas del alma y es un mar de riqueza cuando colma de abundancia a estas gentes a las que el mar se les ha metido en el cuerpo sin permiso, convirtiéndoles en los anónimos protagonistas del espacio.
El espacio, sin embargo, es lo más hermoso y sobre él pesan mil leyendas de naufragios y de apariciones divinas; incluso de anacoretas incomprendidos como Man, que llegó a Camelle buscando amor y solo pudo encontrar paz hasta que aquella marea negra lo mandó al espacio.

Xerardo Rodríguez

 

Rabo de cerdo estofado con salsa ¡Riquísimo!

Rabo de cerdo estofado con salsa otra receta estrella de vinoycocina.es

Ayer estaba haciendo cola en la carnicería y Jesús, el carnicero que surte mi casa desde que yo tengo uso de razón, sacaba a la vitrina del mostrador unos rabos de cerdo. Al verlos se me antojaron de repente, os cuento el porqué. Parte de mi familia directa es de un pueblecito de Ávila, de la zona entre el Barco de Ávila y Piedrahita. Por esa zona casi todo el mundo se dedicaba al ganado, al menos cuando yo era un crío (hace ya mucho tiempo de eso). En el mes de agosto se solían hacer ferias de ganado bastante concurridas e importantes los viernes. Iba casi todo el mundo, a comprar, a vender o sólamente a mirar. Recuerdo perfectamente el ambiente, pasillos repletos de gente que se paraba a ver los toros y vacas que se exponían, los regateos por establecer el precio, los camiones descargando terneras, los puestos ambulantes vendiendo todo tipo de artilugios ganaderos, cencerros, sillas de montar, bastones, etc. Me encantaba ese ambiente festivo. El caso es que cada vez que se cerraba una operación de compra-venta, se formalizaba la misma en el bar con unas cervezas para los adultos y una fanta de naranja para mi, siempre acompañadas por alguna tapa. Mi familia siempre iba al bar Niza del Barco de Ávila, y allí normalmente mi padre y mi tio pedían siempre una ración de morro frito y otra de rabo guisado, que buenos me sabían esos aperitivos con mi fanta de naranja.
Nunca antes había cocinado el rabo de cerdo, posiblemente mi padre cuando lea como lo preparé se lleve las manos a la cabeza diciendo: «así no se hace, el rabo de cerdo estofado, como está bueno es…».

No me quedó como el que comía en el Niza siendo niño o como el que prepara mi padre, pero os aseguro que quedó muy bien, os cuento como lo preparé.
Necesitaremos:
– 4 Rabos de cerdo troceados y limpios.
– 3 zanahorias
– 3 tomates
– 1 cebolla
– 3 dientes de ajo
– 1/2 pimiento verde
– 1/2 pimiento rojo
– 8 o 10 bolitas de pimienta negra
– 2 hojas de laurel
– 1/2 vaso de oporto
– Tomillo

rabo estofado

Rabo de cerdo estofado

En primer lugar, es limpiar bien los rabos de cerdo, por suerte los míos estaban impolutos, por lo que unicamente los pasé bien por agua. Ponemos a dorar un poco en la olla los rabos con la pimienta, el laurel, el tomillo y un diente de ajo. Una vez se ha tostado algo, echamos un poco del vino para desglasar y salamos bien el agua llenando hasta que cubra. Yo los puse en una olla exprés convencional durante 50 minutos, ni turbo, ni extrarrápida ni nada por el estilo, de las de toda la vida.
Por otro lado haremos la base de la salsa, para ello cortaremos toda la verdura en brunoise (Cebolla, zanahoria, dos dientes de ajo, pimentos y tomates previamente pelados), es decir, en trocitos muy pequeños para que se haga mas rápido. El orden para ir haciendo el sofrito será, la cebolla, el ajo, los pimientos, la zanahoria y el tomate al final. Hay que ir dejando que se vaya quedando cocinado y blanda cada una de las verduras antes de echar la siguiente. Reservamos el sofrito.

Cuando los rabos están cocidos, los sacamos (cuidado que no haya pimienta ni laurel) y los reservamos, el caldo de la cocción lo colamos e incorporamos en el sofrito para que cueza un poco mas con las verduras (como un vaso y medio de caldo). Esperamos a que levante y dejamos hervir unos minutos, lo trituramos todo con batidora para hacer una salsa homogénea y pasamos por un colador o una malla fina para que la salsa quede suave, esto va en gustos, habrá gente que le guste una salsa mas consistente o incluso que esté trabado y encontrarse trocitos de verdura, yo prefiero que sea menos espesa para que resulte mas fácil comerlo.

Juntamos los rabos y la salsa y les damos otro pequeño hervor moviendo de vez en cuando, y ya tendremos listo nuestro rabo de cerdo estofado.

Importante… no os olvidéis del pan y el vino (o fanta de naranja si sois críos).
Espero os guste y si es así compartirlo.

fabada de lourenza

Fabada de Lourenzá, una receta sencilla de vinoycocina.es

Una fabada diferente, la fabada de Lourenzá

La fabada, plato de fama mundial, es uno de los platos más típicos de Asturias. La recta tradicional se compone de fabes, chorizo, panceta, morcilla, cebolla, ajo, laurel y en algunos casos especias como pimentón y azafrán..

Todos los productos son por supuesto Asturianos, incluidos las fabes.

Nosotros los gallegos podemos presumir de tener productos similares a los Asturianos incluido lo que aquí llamamos garbanzos (así llamamos a las habas).

El único ingrediente que nos diferencia es la morcilla ya que la gallega normalmente o tradicionalmente es dulce y no pegaría (¿o si?) con una fabada.

Las fabes o habas no son patrimonio Asturiano y nos encontramos en toda la península habas de gran calidad,  habas de la granja, fabas de Lourenzá, etc.

Hoy vamos a hacer una fabada gallega «A Fabada de Lourenzá» y por supuesto el ingrediente estrella es esta faba Lucense, con indicación geográfica protegida.

 

fabada de lourenzá

Ingredientes para 10 raciones (así luego la congeláis)

1Kg de fabes de Lourenzá
6 chorizos gallegos
6 morcillas Asturianas (es decir morcilla salada con pimentón)
450 gramos de panceta gallega
250 gramos de lacón gallego

Preparación de la fabada de Lourenzá, fácil, fácil.

Echamos en abundante agua a remojar las fabes durante 18-24 horas.
También desalamos o remojamos durante 4 horas el lacón y la panceta (si consideráis que es un producto muy salado más tiempo)

Comenzamos con la faena:

Ponemos la panceta y el lacón a hervir para desgrasar.

Echamos las fabas en agua, (dos o tres dedos por encima de las fabas) y ponemos a hervir, una vez comienza a hervir formarán en la superficie mucha espuma y la quitaremos. Yo personalmente no las asusto (echarle agua fría en el hervor)  ya que los sustos no me gustan.

Una vez quitada esa espuma agregamos el lacón, la panceta (desgrasados), los chorizos y la morcilla. (pinchamos los chorizos y morcilla para que no revienten y suelten su sabor)

Y paciencia fuego medio, que no deje de hervir pero «amodiño Vladimir» (despacito como decía mi vecino John Balan)

Cada 15 minutos removemos todo con una cuchara de madera y dos horitas después comienza el jaleo.

Probamos de sal y apreciamos si las fabes están listas. También nos fijamos en que la salsa o el caldito este espesito. En caso contrario añadimos sal y machacamos un par de cucharadas de fabes en un poco de caldo para espesar la salsa.

Añadimos esa masa, al pote. (los cocineros tienen harina de fabes, lentejas, garbanzos, y la añaden al pote según el guiso para espesar la salsa) y removemos como para un pilpil intentando que nos ligue la salsita y nos quede espesa y llena de sabor.

Retiramos, chorizos, panceta, morcillas y lacón y esperamos que enfríen, mientras las fabes reposan. De esta forma nos será más fácil cortarlos en sus raciones correspondientes

Cuando nos dispongamos a comernos esta fabada de Lourenzá, calentamos a fuego lento (o baño maría, para que no se pegue) y añadimos los chorizos, morcillas y demás.

Estará riquísima si los productos son de calidad. Ni pimentón, ni sofrito, ni azafrán, Todo lo que contiene en su interior, el chorizo, la morcilla, panceta y lacón son suficientes, ya que en esta receta
utilizamos un poco más de condumio de lo normal para una fabada.

fabada

Bueno que disfrutes de esta fabada de Lourenzá y si te ha gustado por favor compártela.

RESTAURANTE GOCECO. Pasión por la cocina

A unos diecisiete kilómetros del sur de Madrid hay un pequeño establecimiento en el que podemos descubrir el significado de la palabra Cocina sin necesidad de recurrir a ningún diccionario. Digo pequeño por las dimensiones del local, porque sin duda es grandísimo en cuanto a gusto, conocimiento, servicio y lo que a nosotros mas nos importa en el blog…. en la calidad de los platos que ofrecen. El gastrobar Goceco, ubicado en Fuenlabrada, es para mi «El Restaurante». Si, El Restaurante, con mayúsculas y sin ningún añadido mas. Desde que fui la primera vez hace ya unos tres años, invitado en una celebración familiar, se ha convertido para mi en un lugar de culto, en el que cada vez que lo visito, además de asegurarme que voy a comer bien, encuentro una nueva sorpresa. Cada elaboración es única, la presentación, el sabor, el aroma, la textura… unido a lo acogedor de la decoración, el trato del pesonal, el cuidado por los detalles, hacen que una simple comida o reunión resulte una gratificante experiencia.

restaurante en madrid

En Goceco además podemos disfrutar de algunas elaboraciones de forma rápida, sin tener que entrar al salón y hacer una comida al uso. Hay una excelente muestra de su tipo de cocina en los aperitivos que ofrecen en barra. El simple hecho de tomar bocado apetitoso y cuidado con un bermú, vino o cerveza hace que quieras llegar media hora antes que el resto de comensales cuando quedas allí para comer o cenar, de hecho yo si tengo la reserva de mesa a las tres de la tarde, procuro estar allí una hora antes. Sólo en este caso tolero la impuntualidad.

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Como el refranero es sabio, recurriré a él: «una imagen vale mas que mil palabras», en esta entrada ya tenemos cinco mil con estos maravillosos platos y presentaciones. Estoy convencido que sólo viendo las fotos ya entendéis mi debilidad por la cocina de César y Gonzalo.

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La mejor Torrija, en el concurso nacional de Torrijas de León

El pasado 31 de abril se celebró el II Concurso Nacional de Torrijas en León, en el que se premian las mejores del año. En esta edición se presentaron 42 participantes de diferentes provincias españolas con más de 70 propuestas para tomar parte enlas tres categorías del certamen: Torrija Tradicional, Torrija Salada y Torrija Innovadora.

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Uno de los ganadores de este concurso es nuestro amigo Gonzalo Calzadilla, del Restaurante Goceco, en Fuenlabrada, quien presentó dos propuestas que resultaron galardonadas. Una de ellas, se trataba de una torrija salada basada en pan de algas sobre champiñón negro, que obtuvo el segundo premio. En la misma categoría, la ganadora fue Mercedes Valderrey, del Restaurante La Jouja.

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En otra de las categorías del concurso, Torrija Innovadora, Gonzalo se alzó con el primer premio gracias a una reinvención de este postre. Su propuesta fue novedosa y sorprendente: una deconstrucción de torrija en la que el secreto, según explica, es “una buena infusión de canela” en lugar del tradicional remojado. La presentación, como suele caracterizar todas las elaboraciones de Gonzalo y del Goceco, es sublimey cuidada hasta el mínimo detalle. Espuma, gel, esferificación, infusión… Distintas técnicas culinarias unidas para elaborar un plato espectacular y conseguir el sabor de la torrija de toda la vida.

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Desde vinoycocina queremos felicitar a todos los participantes y ganadores del concurso y animarles a que sigan haciendo creaciones novedosas para que no dejen de sorprendernos. Y, sobre todo, hacer público nuestro reconocimiento hacia Gonzalo y felicitarle por el resultado de todo el tiempo de investigación y pruebas que ha invertido en conseguir tan magníficos platos.

pescado al horno

Lubina salvaje al horno con patatas

«Una vez más recibimos en vinoycocina.es la receta de un seguidor del blog, y de nuevo se trata de Carlos, el chico de Valladolid que hace unas semanas nos envió las fotos de sus estupendas chapatas. Como siga así, habrá que ir pensando en hacerlo redactor del blog! Esta vez se atreve a preparar un estupendo pescado al horno, una lubina salvaje, y por lo que se aprecia en las fotos, parece que no se le da nada mal. Bueno, os dejo la receta y las fotos que nos ha enviado para que juzguéis vosotros mismos: »

LUBINA AL HORNO CON PATATAS
Hace un par de días recibí un presente de un amigo pescador. Una lubina salvaje de aproximadamente unos 700gr. Lo vi claro, de este fin de semana no pasa… La lubina contiene entre un 2 y 5% de grasa, perteneciente al grupo de los pescados semigrasos y su carne es muy suave. Debido al bajo nivel de grasa que presenta es uno de los pescados más saludables, destacando también por su contenido en vitaminas del grupo B, potasio, fósforo y hierro.
Normalmente compro lubinas de piscifactoría de las que podéis encontrar en cualquier supermercado e igualmente válidas, con un tamaño más ajustado a la ración. En este caso pedir que la desescamen y evisceren, de esta forma la tendréis lista para cocinar. A continuación os comento como preparar este pescado realmente sabroso de una forma sencilla:

lubina al horno


Ingredientes:

– 1 lubina
– 1 cebolla
– 1 o 2 patatas
– 1/2 vaso de vino blanco
– Aceite de oliva
– Sal gorda
– 1 limón

Preparación de la lubina al horno:
-Precalentamos el horno a unos 190ºC.
-Pelamos y cortamos en rodajas las patatas (tipo panaderas) y las echamos en una sartén con aceite. No queremos freírlas del todo, solamente ablandarlas un poco para que luego acaben de hacerse en el horno. Una vez las tenemos listas las ponemos en la fuente a modo de cama sobre la que posteriormente irá la lubina. Se puede añadir una cucharada de aceite antes de depositar las patatas.
-En esta misma sartén y aceite, pochamos la cebolla y el diente de ajo. No tenemos prisa, por lo que a fuego lento, como aquellos bailes románticos en las fiestas del colegio…
-Salamos por dentro y fuera la lubina y la colocamos sobre la base de patata. Cortamos el limón en rodajas y colocamos un trozo bajo el opérculo y alrededor del pescado. Posteriormente, añadimos ½ vaso de vino blanco.
-Introducimos en el horno aproximadamente unos 25 minutos.
-Añadir el sofrito de cebolla y ajo cuando queden unos 10 minutos para retirar la fuente. Interesa homogeneizar todos los sabores pero no queremos que el sofrito se nos queme.
-Echamos un ojo de vez en cuando para comprobar que todo está en orden. El pescado está en su punto cuando se separa fácilmente de la espina central. El color de los ojos se presenta de color blanco.
Ahora sólo queda disfrutar del momento…espero que os haya gustado y que os animéis a probarla.
Hago un guiño a mi madre puesto que fue ella quien me guio en el mundo culinario y en particular a probar por primera vez con esta receta.

comprar lubina salvaje

Gracias Carlos por tu receta de pescado al horno (lubina salvaje). Si os ha gustado por favor compartirla.

 

fresas

Fresas estofadas y nata para unas tortitas.

¡Fresas y Tortitas que ríca combinación!

Hace unos días compré una caja de fresas, pensé que podía ser divertido hacer un estofado con ellas, una especie de mermelada de las de toda la vida y preparar unas tortitas para hacer mas divertida la merienda. Lo primero es hacer las fresas, que será la cobertura de la tortita. No pesé las fresas pero a ojo serían unos 300 o 400 gramos. Evidentemente las lavé bien y les quité el rabito (la hoja). las troceé para poder guisarlas mejor. En una cazuela ponemos una nuez de mantequilla a que caliente, una vez estuvo derretida incorporé las fresas bien escurridas, manteniendo el fuego medio-alto, sin llegar a que estuviese fuerte del todo y añadí una taza de azúcar (200grs). Es importante ir removiendo para que se mezcle bien el azúcar con las fresas y suelten todo el agua. A medida que se va cocinando, se queda una especie de sirope y se van ablandando las fresas. A mi particularmente me gusta que queden trozos de fruta entera y se vean por lo que trataba de no deshacer mucho. Cuando ablandadaron las fresas, eché un chorro de vinagre balsámico, potenciando el sabor de la fresa y dando unos toques de acidez que quedan estupendos. Es importante dejar reducir el vinagre para que sus aromas y sabores se queden en el guiso.
 
 

fresas

 
La nata es muy sencilla, yo os cuento como la hice, que fue a mano para que la textura fuese mas densa, no uso nunca máquina para levantar nata, pero por lo que tengo oído, la textura y densidad de la misma cambia bastante de hacerlo batiendo hacerlo con batidora eléctrica. Solo hacen falta tres cosas:
– Un recipiente que esté frío, muy frío (en mi caso una ensaladera de cristal que metí en el congelador).
– 250 grs de nata fría para montar (33% mínimo de materia grasa) y unos cien gramos de azúcar.
Paciencia, ganas y un brazo resistente (esto es lo mas importante).

A medida que vayamos trabajando la nata iremos viendo como se va volviendo densa. Cuando haya cogido cuerpo echaremos el azucar, no antes, ya tendrá una textura cremosa. Con el azúcar incorporado seguiremos batiendo hasta que nuestro brazo deje de responder o hasta que esté completamente montada. El momento de saber si la nata está lista es voltear el recipiente. si no se cae al suelo la nata, es que la tenemos lista (si se cae…. lo siento vamos a repetir desde el principio).

Por último es hacer la base, es decir, las tortitas o crepes. A mi particularmente me gusta que me queden gruesas. Necesitaremos 250 gramos de harina normal (no de fuerza), 4 huevos, azúcar y/o sal al gusto, 1/2 litro de leche entera y mantequilla. Hay gente que incorpora algún licor tipo ron u orujo, en mi caso no le eché nada de eso, pero si le puse un toque de cerveza, un chorrito, no se muy bien si es por tema de la levadura o que, pero venía en la receta que me pasó mi madre, y a una madre siempre hay que hacerla caso…. La harina conviene tamizarla, es decir, pasarla con un colador para que quede mas suelta, después se incorpora el resto de ingredientes hasta que queda una masa cremosa. En una sartén antiadherente pondremos mantequilla (si hemos echado azucar) o aceite de oliva (si hemos echado sal en la mezcla), y echaremos el equivalente a un cazo sopero, cuidado que no se pegue, ir cuajando hasta que se suelte la tortita de la sartén y darle la vuelta con cuidado.

Para montarlo simplemente echar las fresas en sobre la tortita y después una buena bola de nata. Se puede añadir de todo, caramelo, chocolate, canela, etc… lo que vuestra imaginación y gusto quieran. Tendréis un desayuno o merienda casero muy rico, creo que es el típico plato que a todo el mundo le gusta.
 
 

fresas estofadas

Buen provecho!