Marisco gallego, la joya de nuestras rías
Hoy estamos de suerte ¡Tenemos marisco.!
Nuestro colaborador Xerardo Rodríguez nos envía un nuevo articulo para nuestro blog.
Xerardo nos habla de nuestra Galicia Única y de una de sus principales joyas, EL MARISCO.
ENTRE EL MAR ABIERTO Y LA BAHÍA EN CALMA…
Entre la Punta del Roncudo y el Monte do Boi, hay un mar que esculpe estatuas de piedra y otro que se mece en la calma de la bahía. Entre Corme y Baiona, hallamos esta vez la esplendorosa hermosura del paisaje y la sal elemental de la vida marinera. Porque en esta costa todo sabe a mar…
En las rías, la luz rompe el agua en busca de sus misterios ocultos. La batea es la gran fábrica del mejillón que emerge del agua entre las estrellas de plata del mediodía. La pequeña gamela navega cercana procurando entre sumergidas rocas la nécora y la centolla, que son las reinas de este mar de atardeceres de oro.
Un torbellino de color rompe también la mañana cuando confluyen a flor de agua manos de mujer y mariscos bivalvos; el marisqueo es el gran espectáculo de la ría mansa, de arenoso fondo e irisada superficie.
Y en el mágico mar de la muerte, allá donde las estatuas de salitre llenan el espacio, el hombre se empapa de sal atlántica en busca del percebe, el genuino sabor a mar.
Marisco y paisaje nos devuelven hoy el gusto y la resplandeciente belleza de los paraísos perfectos, en los que siempre hallamos asilo ecológico.LA RUTA DEL MARISCO
La Ría de Arousa. O Grove. Carril. La Costa da Morte. Ahí están los paisajes marinos donde nace y crece el mejor marisco del mundo. El mejillón y la almeja, la nécora y la centolla, y por supuesto el percebe. Te invito a una buena mariscada, al mismo tiempo que recorremos los paisajes marineros más impresionantes.
Comenzaremos volando sobre Arousa, la ría donde el sol dibuja sus dorados sobre las bateas del mejillón y un horizonte de islas; por un lado, la Illa, habitada; y por el otro, la isla del Parque Nacional, Cortegada.
El mejillón es un marisco polivalente, que nos sirve como refinado aperitivo o para la paella de verano. En el mar de Arousa hay unas 3.000 bateas donde se desarrolla con ese especial sabor a ría el mejillón más apreciado de Europa. Podemos probarlo en cualquiera de los buenos restaurantes o en las tabernas típicas marineras de toda la costa arousana. Es tan delicioso su sabor como el paisaje creado por las bateas, por entre las que navegamos en busca de de Carril, que está frente a la isla de Cortegada.
Este populoso y turístico barrio de Vilagarcía de Arousa concentra el mayor número de restaurantes y tascas típicas de toda Galicia. Gozan de merecida fama Casa Loliña y el Furruxa, con dos estilos muy diferentes de preparar los bivalvos. Desde Carril, hemos de pasear hasta la vilagarciana Playa de Compostela para saber cómo se cultivan las almejas y los berberechos que acabamos de degustar en esos restaurantes de la zona.
Se esconden bajo la arenosa superficie del litoral más próximo. Yo le digo leiras do mar porque en ellas se siembran y se cultivan tanto el berberecho como la almeja. El marisqueo es aquí de una bellísima plasticidad, porque comienza con olor a bajamar y termina con la luz suave del mediodía o del atardecer.
Desde Carril navegaremos hasta O Grove y la Punta de San Vicente. O Grove es uno de los enclaves turísticos más importantes de las Rías Baixas y la postal de su puerto nos conmueve, especialmente al amanecer, cuando sobre la bahía cabalgan pequeños barcos marisqueros que vienen de regreso. Es este, de la mañana, un mar de acuarela en el que el sol dibuja estrellas de plata.
El paisaje es espléndido y estos barcos traen a bordo las exquisiteces de la Ría, los sabores que dan gloria y fama a la gastronomía de Galicia. La nécora y la centolla, reinas de estas aguas entre la isla de Salvora y San Vicente, otros dos grandes puntos de atracción turística de las Rías Baixas. Nécora y centolla son plato indispensable para comenzar un buen almuerzo marinero en cualquiera de los excelentes restaurantes grovenses, aunque yo te recomiendo especialmente O Brasil, donde el marisco proviene de su propia cetárea, bajo el propio local.
Dicen que en esta ría nacieron los más viejos marineros de la estirpe marinera gallega, acostumbrada a tener como techo la bóveda celeste, que a veces manda lluvia y otras incendia aguas de verano. Son los que llegan navegando más allá de Fisterra; los que, siguiendo los perfiles de la Costa da Morte, llegan hasta el mismísimo Roncudo, donde los percebeiros son el mito viviente de esta aguas atlánticas, que baten fuerte la roca para que de ella surja el sabroso percebe, el rey del marisco.Entre el Roncudo y Fisterra hay mil balcones para contemplar el Atlántico más bravo, el que bate fuerte contra las multiformes rocas donde habita precisamente el percebe. Porque la historia de este mar la escribieron los percebeiros, cuyas huellas permanecen siempre en estas rocas de sal.
Aquí el Atlántico es el guerrero de la negra sombra que provoca a veces las lágrimas del alma y es un mar de riqueza cuando colma de abundancia a estas gentes a las que el mar se les ha metido en el cuerpo sin permiso, convirtiéndoles en los anónimos protagonistas del espacio.
El espacio, sin embargo, es lo más hermoso y sobre él pesan mil leyendas de naufragios y de apariciones divinas; incluso de anacoretas incomprendidos como Man, que llegó a Camelle buscando amor y solo pudo encontrar paz hasta que aquella marea negra lo mandó al espacio.Xerardo Rodríguez