Las Añadas del Vino

Como sabéis en vinoycocina somos unos apasionados del vino.  Eso no quiere decir que seamos los más entendidos o que seamos super expertos. (con alguna excepción de alguno de los integrantes) pero hay temas relacionados con esta exquisita bebida, que nos apetece comentar desde la más pura humildad.

Hoy os vamos a hablar de las añadas del vino, que significa y como reconocerlas.

El vino es el resultado de un largo proceso, difícil de homogeneizar, es decir comienza con la plantación de la vid, su cuidado, la recogida y la elaboración, entre todos estos procesos pueden verse alterados ciertos valores en cada año y eso se resume en que cada año el vino es diferente.

La climatología, los hongos, parásitos y enfermedades, la poda, la edad de la vid.  Todos estos condicionantes, están presentes e el cambio del sabor y aroma del vino de un año a otro.

Siempre se habla de una buena añada cuando la cosecha es positiva, buena cantidad, buena uva, pero no siempre es así, en ocasiones la cantidad no hace una buena añada. Pero si lo hace una buena uva, un momento óptimo de recolección. Luego el proceso de creación o elaboración está más o menos siempre está controlado. Las bodegas cada vez cuentan con más tecnología en la que a partir de la materia prima, los procesos son exactamente iguales cada año.

Recuerdo mi primer descubrimiento real, sobre las añadas y no fue hace mucho. Concretamente en el 2015 descubrí un vino me cautivó, un Jumilla con uva monastrel ya muy popular llamado Juan Gil.  Este vino me gusto tanto que siempre había unas botellas en mi casa. En el 2016 seguí comprando el vino y no noté diferencia, pero el año siguiente abrí una botella, que sí estaba muy bueno, pero no era el mismo. Su sabor había cambiado radicalmente. Se había convertido en uno de mis vinos preferidos y si reconocía su sabor hasta tal punto.

Luego me paso con unas añadas ribera del duero. Esta es otra historia interesante que nos despeja ciertas incógnitas sobre las añadas del vino. Siempre tenia en casa un vino llamado Lamantum. Su sabor erra correcto, suave, pero con muchos matices a madera y frutos rojos. Un día lo note mas duro, no tan amante, era una nueva añada y había cambiado radicalmente.  Pensé que todo ese cambio de sabores era relacionando con la añada. Pero no era así, simplemente le faltaba botella, después de 6/8 meses en botella, había evolucionado, su sabor, aunque no igual se asemejaba ya mucho más al original.

Con esto quiero decir que a veces una añada puede variar y una vez embotellado. Por ciertas circunstancias el vino puede evolucionar a mejor o peor.

De todas formas, existen tablas de añadas, tanto por denominación, como de vinos concretos. Estas tablas te informan desde un punto de vista técnico, a través de la experiencia de enólogos y sommeliers, realizando catas a ciertas, que recogen ciertos factores del vino para diferenciarlas entre malas, buenas, muy buenas o excelentes.

Estos valores hacen también que el precio del vino varíe en relación a las añadas. Las mejores suelen tener mas demanda y encarece su precio.

Si te gusta un vino concreto te ánimo a que te compres dos o tres botellas de diferentes añadas y hagas una cata para apreciar estos cambios, disfrutando de un de los licores más ricos del mundo.