Mibu, el único restaurante del mundo que solo tiene una mesa

Leyendo noticias de gastronomía, me he encontrado con esta, en un  blog de cocina.

Merece mas que un twiteo y os copio aquí, el artículo y la fuente de donde lo he sacado.

 

En un discreto bloque de apartamentos en el barrio de Ginza en Tokio se esconde Mibu, un restaurante para ocho comensales con una sola mesa situada en un local de unos veinte metros cuadrados, y al que solo se puede acudir invitado por los dueños o por ser uno de los 300 socios de su club. No tiene estrellas Michelín ni aparece en las guías de viaje, sin embargo está considerado como uno de los restaurantes mas exclusivos del mundo.

Al frente de este singular local estaría el matrimonio formado por Hiroyoshi Ishida y su esposa Tomiko Ishida que trabajan acompañados por un equipo de cinco cocineros. Hiroyoshi con más de cuarenta años de experiencia entre los fogones es el máximo exponente de la cocina Kaiseki, trabajando desde un radical concepto espiritual que va mas allá de la típica cocina japonesa. Desde su religión budista se basa para crear sus platos en la meditación que practica todos los días, pero también tiene muy presente la cambiante naturaleza y así nacen de sus manos platos que poseen una gran carga espiritual.

La jornada para este cocinero comienza de madrugada cuando visita la mayor lonja del mundo, Tsukjii, aquí escoge la materia prima que formará parte de sus recetas siendo todo productos muy selectos y naturales. Hiroyoshi lleva creando desde hace veinte años un menú distinto cada mes, llevando dos décadas sin repetir una sola receta en ellos, solo trabaja con alimentos de temporada y ningún ingrediente forma parte a la vez de dos platos del menú.

El menú Kaiseki está lleno de simbolismos que hacen un guiño a la naturaleza y lo que ella nos ofrece, se basa en pescado, frutas, tubérculos, arroz y algo de carne de Kobe, pero solamente con productos presentes en esa estación del año. Todo muy sencillo, pero buscando en cada una de sus elaboraciones la perfección ligada a la espiritualidad y la tradición.

Amenizada con la presencia de un cantante de ópera como fondo, la señora Tomiko Ishida explicará en qué consiste el menú que se ofrece ese día, menú servido sobre manteles individuales de cedro purificado y en ocho exclusivos recipientes de más de trescientos años de antigüedad cuyo valor oscila en siete mil euros cada pieza. Todo este ambiente sencillo en sus formas pero muy cuidado en su fondo, y las exquisitas preparaciones de Hiroyoshi representando los colores, sabores y texturas que la naturaleza brinda en esa época del año, hacen que sus creaciones sean únicas.

Desde que en el año 2002 Ferran Adrià conociese a Hiroyoshi Tomiko, nuestro cocinero cayo rendido ante la cocina que éste practicaba. Tal ha sido su influencia que se dice que los últimos años de El Bulli no se entenderían sin las experiencias adquiridas por Adrià en Japón. Y como dice nuestro chef catalán “La gran diferencia entre un cocinero europeo e Ishida es que el primero puede cocinar con las manos, con los sentidos, con el cerebro e incluso con el cariño, pero nunca con el alma como lo hace él”. Esta frase de Ferran Adrià resume la esencia de Mibu, el restaurante más exclusivo del mundo en donde solo hay una mesa.

Si os ha intrigado como es el Mibu y queréis verlo por dentro, así como algunos de sus platos servidos en uno de sus exclusivos menús, podeis visitar este vídeo en donde un amante del manga japonés relata su experiencia cenando en el local de los Ishida.

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información obtenida de:  Directo al paladar