Higos balsámicos.

En esta ocasión voy a explicar la manera de preparar una guarnición cuando menos diferente. Se trata de una reducción de higos secos y vinagre balsámico de Módena.

Los ingredientes son de lo más corriente y fáciles de conseguir. Necesitamos unos cuantos higos secos (de los que se comen en Navidad), vinagre de Módena, clavo y vainilla.

El proceso de preparación es rápido y sencillo. Ponemos los higos, enteros o en mitades, cubriendo el fondo de una sartén, y los cubrimos con el vinagre. Añadimos unos dientes de clavo y una ramita de canela, y ponemos todo a fuego lento.

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Cuando el vinagre comience a calentarse, irá soltando toda la acidez, por lo que recomiendo poner la campana extractora al máximo. Tras varios minutos en los que el vinagre está hirviendo y desprendiendo toda la acidez, comenzará a espesarse  y caramelizarse. Moveremos un poco los higos para     que se empapen bien dándole la vuelta si fuese necesario. El punto final de cocción se consigue cuando la el vinagre y los higos adquieren una textura similar a la de la miel.

Este acompañamiento es ideal para carnes asadas, especialmente de cerdo, e incluso piezas de caza o cortes de vacuno. Con foie seguro que también casa bien, y en general para acompañar todo aquello a lo que le queramos dar un toque agridulce especial.

Es posible que añadiendo ciruelas pasas u orejones, o incluso algún piñón, el resultado sea igual de bueno. O incluso probando a mezclar otros tipos de vinagres de calidad tipo el de Jerez. Todo será cuestión de probar e ir adaptando la receta a nuestro gusto